lunes, 2 de enero de 2012

Con daños a terceros. Crónica de una visita a la agónica población de Champerico, Retalhuleu.


Las personas que habitamos el occidente de Guatemala, tenemos hermosos y variados recuerdos del otrora puerto de Champerico. En lo personal, los recuerdos de la infancia a la orilla del bravo mar en aquella playa guatemalteca, me encogen el corazón y hacen que vuelva a vivir una vez más, las clases de natación de mi abuelo, los cuidados de mi padre y la belleza que los ojos observan cuando ven a una dama en traje de baño.
En aquellos dorados tiempos, la carretera estaba en óptimas condiciones y el puerto se convertía en punto turístico para la mayoría de los habitantes del occidente. Sin embargo la corrupción reinante en estos cuatro años de solidaridad (Que gracias a Dios se acaban el próximo catorce de enero), hizo que el puerto fuera quedando olvidado poco a poco, mientras que en anteriores administraciones, se hablaban de mega proyectos para mejorar el sistema de vida de los amigos champeriqueños .  Se hablo de un muelle nuevo, de un  moderno sistema para ayudar a los pescadores y se iniciaron con pompas los trabajos de la construcción. El resultado está a la vista de todos.  La carretera hoy es una pequeña porción de la corteza lunar en la tierra, los baches son cráteres y se extienden desde la cabecera departamental hasta el pueblo. Los camiones encargados de la zafra no ayudan  mucho y conducen a la mitad de la carretera (No estoy en contra de esta industria guatemalteca, pero creo que el respeto es un valor que todos debemos manejar, buenos sustos nos pegaron hoy los cañeros). Pero ¿Qué ha pasado con la playa? Pues sucede que el mar se metió, así no lo dijo un vecino el día de hoy, y es que los amigos que conocen  el puerto, recordaran que el muelle quedaba adentro del mar en su totalidad, hoy en día, el mar llega hasta  el final del muelle, es decir que retrocedió casi 500 metros. Dejando a los pescadores sin salida a la mar segura, ya que la dársena no tiene la profundidad necesaria para brindar un buen servicio.  El puerto pesquero es hoy  un fantasma gracias a la corrupción, tanto de este gobierno como de la administración Berger Perdomo (¿No recuerdan nuestro aeropuerto internacional Los Altos? Menudo robo descarado…) El asunto es que hoy Champerico se encuentra en agonía constante. Su gente lucha día a día por salir adelante, prueba de ello es que la lagunita creada por la dársena es utilizada para balneario público y para accesar a ella hay que pagar cinco quetzales. Es duro ver como las malas decisiones maten a nuestra gente de a poco. Ojala que en los próximos cuatro años de mano dura, se enderecen muchos errores cometidos. Así quizás la historia juzgue al general como un buen presidente.  

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