miércoles, 28 de noviembre de 2012

LA LITERATURA DEBE SER VIDA.



La vida es quizás uno de los más grandes misterios del universo, la gran diferencia con  la muerte (otro de los más grandes enigmas de nuestro espacio), es que la vamos descubriendo a medida en que vamos viviendo. A lo ancho del planeta tierra, de las distintas civilizaciones, podremos encontrar diversas manifestaciones de la vida. Quizás la más importante de ellas es la literatura, misma que va desde el teatro, poesía, novela y  ensayos. El gran maestro antigüeño Luis Cardoza y Aragón decía: “La poesía es la única prueba concreta de la existencia del hombre”. Rafael Lapesa, en un capítulo de su obra “Introducción a los estudios literarios”, hace mención de lo que la palabra poesía encierra: “…En su sentido actual amplio, poesía coincide en muchos aspectos con el termino literatura, mismo que proviene del latín litterae, que quiere decir letras; mismo que designa al arte de la palabra”. Carmen Conde escritora española, mencionaba: “La poesía es el sentimiento que le sobra al corazón y te sale por la mano”. Un poema es una  obra literaria. Rafael Lapesa menciona a la obra literaria como la creación artística expresada en palabras, aun cuando no se haya escrito ni propagado de boca en boca. La literatura fue parida en el mismo momento en que el Adán bíblico piso la tierra por primera vez.
Recuerdo mi primer contacto con la literatura, fue un libro escrito creo, por un quetzalteco, “Barbuchín”; un pequeño libro de relatos cortos para niños que buscaban darle al pequeño preceptos morales y alimentar su imaginación, aunque recuerdo que el cuento de “Cascabel” siempre me dio miedo, pues sufro de una fobia infantil hacia los payasos. Mi contacto con la literatura siguió a lo largo de mi vida, quizás lo que más me encantaba leer eran los libros de historia que pude conocer cuando llegue a sexto primaria. En el año 2004 mi vida cambio rotundamente. Recuerdo cuando ingrese al cuarto de mis padres, pues mi madre había mandado a por mí. Después de escuchar algunas peticiones de ella, pude ver en la mesa de noche un libro, nuevo, todavía envuelto en el plástico de la tienda. El libro se llamaba “La fiesta del chivo” de Mario Vargas Llosa.  A mis catorce años observe con recelo y mucho prejuicio aquel libro que me llamaba la atención por el diseño de la portada, quien me diría que fue el libro que cambio mi vida.
A duras fuerzas y con tristeza debo admitir, leí aquel libro en un mes, dejando al final de mi lectura, la clara afirmación de que yo era un gran ignorante en diversos y demasiados detalles. La maestría narrativa de Vargas Llosa, quizás en uno de los mejores libros que ha escrito, me dejo sin mayor deseo, que mejorar día a día y leer. Quizás hoy, casi diez años después de aquella tarde mágica, puedo entender la importancia que tuvo el descubrimiento de la literatura que considero como arte, a mis catorce años. En mi proceso educativo, no leí los clásicos literarios y siempre fui el mejor de la clase en literatura, por el simple hecho de que leía y tenía una oratoria mejor que la de nadie en la institución. Fue en el año 2009 en que realmente descubrí mi vocación literaria y abrace a Vargas Llosa como un referente de mi literatura. Respecto al suceso con “La Fiesta del Chivo”, considero las palabras de Ralph Waldon Emerson: “En muchas ocasiones la lectura de un libro ha hecho la fortuna de un hombre, decidiendo el curso de su vida”. Coincido con Vargas Llosa, en que aprender a leer ha sido lo más importante en mi vida.
Paul Auster, decía: “Los escritores somos seres heridos, por eso creamos otra realidad”. Estas palabras puedan darme paso al siguiente momento en mi vida literaria. Escribir.
El amor es una situación muy complicada que cuando sale mal, puede llegar a destruir una forma de existir, un modo de pensar, cambia radicalmente a las personas. La derrota de un corazón, conlleva una guerra sangrienta, un momento de silencio, un renacer de las cenizas y un futuro incierto, pero hermoso.  Decidí escribir por el hecho de que la realidad donde vivía no me gustaba. Fue por eso que nacieron los primeros poemas desgarradores de amor.
Rafael Lapesa menciona aspectos literarios, preceptos para criticar poesía, cuentos y novelas. Al leer al lingüista Lapesa, caigo en la cuenta de la ingenuidad que tenían mis versos. He tomado mi vida personal, porque en base a la lectura de Lapesa, junto a la de Bloom y los grandes maestros literarios que he visto, llego a la conclusión, de que si empecé a escribir, a sufrir con la literatura como uno de mis más grandes amores, fue porque quizás la vida me destino para eso.
Al hacer una lectura de diversos autores, puedo llegar a una conclusión, la literatura es un escape de nuestra realidad. Nos hace soñar, pensar y desear un mundo mejor, quizás la literatura tiene más mártires que la misma iglesia católica. Muriendo por defender sus ideales, sus pensamientos, sus corazones, sus versos, sus historias; defendiendo su libertad y alzando la pluma en contra de la realidad que hoy enfrentamos, tan dura, tan cruel y tan desesperanzadora como la del pasado.
¿Cuántos no hemos sufrido al lado de Florentino Ariza, mientras esperaba por más de 50 años a Fermina Daza? ¿Quiénes no se han quedado en silencio al descubrir que el padre de Zabala era el amante de Ambrosio? ¿Cuántos no han calificado de profeta a Borges por meter el mundo en un solo espacio? ¿Cuántos hemos caminado por Macondo? La literatura nos hace estremecernos, nos hace ver la vida de otro modo, nos hace vivir diferente. ¿Quiénes no se han enternecido con: “No me mueve mi Dios para quererte?”. Los versos de Góngora, Garcilaso; los reclamos de Sor Juana, la pasión de Becker. El olvido oceánico de Neruda. El Dios tan presente en los versos de la Mistral.
La realidad se nos escapa de las manos, el realismo duro de los rusos emerge como una estrella clara en la oscura Siberia. Ana Karenina. Los fantasmas de las navidades asoman por las calles de nuestra vida, todos conocemos un señor Scrooge. Extraordinarios duelos entre Saramago y Dios. Entre Góngora y Quevedo.  Apasionados versos y diálogos, en Romeo y Julieta, mientras al otro lado del charco, nos pudrimos con el amor en tiempos del cólera. Camus y su existencialismo que viene a confrontar nuestra realidad. Asturias y sus leyendas tan indígenas, tan ladinas, tan guatemaltecas. Las líneas de las manos de Cardoza y Aragón.  Y la ironía magistral de Tito Monterroso y sus fabulas.
La literatura permitió a Cervantes introducir a toda la humanidad en dos queridos personajes, un idealista Quijote y un realista Sancho. ¿Quién por su doncella no ha visto dragones en el cielo, cuando son solamente barriletes? A lo largo de la literatura se ven temas redundantes en diferentes épocas, con diferentes enfoques. Vida, tiempo, amor, muerte, misterio, política, religión, rebeldía, futuro y pasado unidos en el presente. En la literatura se ve nuestra vida.
Por la literatura se ha podido viajar en  el tiempo, escuchar lo que dijo Cristo, leer lo que ha leído la mayoría de los emperadores romanos. Conocer como se reconquisto España. La historia mentida de nuestra conquista y los inicios coloniales del continente. Leer los pensamientos de los hombres de distintas épocas, que siguen vigentes como el fin de Maquiavelo. La inmortalidad no se alcanza viviendo para siempre, creo que esta pasa, por la simple regla, de que alguien nos resucita, cada vez que lee nuestras palabras. Yo por ejemplo, aun siento vivo a Miguel Ángel Asturias, Allan Poe, Dickens y Tolstoi. Saramago sigue siendo el mismo viejo acido que me espera con una taza de café y un par de shecas, mientras me muestra “Todos los nombres” para conocer el amor.
Rafael Lapesa y  Harold Bloom son extraordinarios críticos y estudiosos de la literatura. Sin embargo me atrevo a decir que la crítica en algunos momentos llega a destruir la belleza de la obra literaria. Desnuda a la musa, la contempla, la humilla, la viola y la hace suya, luego cual ramera apocalíptica la deja tirada y deja unas palabras escritas que duran más a veces que los mismos halagos. Prefiero quedarme con la crítica de John Keating, personaje emblemático del “Club de los poetas muertos”, magistralmente interpretado por Robin Williams. La crítica destruye, en la literatura no puede construir, pues todos los seres humanos tenemos diversas formas de recibir, percibir, de mamar la literatura y entenderla a nuestro modo. La pasión por la lectura debe ser convertida en un remolino de fuego que devore los corazones, cual pentecostés cristiano, un buen libro nos debe revelar de mejor manera el mundo. Deseo concluir mencionando que la literatura es vida. Debe ser vida. Nos hace vivir, nos hace volvernos humanos. Nos hace saber que estamos acá, en un mundo que nos trata mal, que nos enamora con celajes y versos, con paisajes y novelas, con mujeres y ron. Mientras usamos a la literatura como escape para vivir. 

viernes, 16 de noviembre de 2012

90 años. Hermandad Señor Sepultado de San Nicolás.



Soy peregrino, que busca tus pies,
pecador arrepentido,
soñando con resucitar en la fe.
Soy cucurucho de sangre,
recuerdo de mi abuelo,
herencia a mis hijos,
que busca en tus manos
la bendición para la vida.
Mi corazón acongojado
camina por la calle
hacia mi Cristo Sepultado,
rey de la paz,
príncipe de la fe,
Señor Sepultado de San Nicolás.
Mi corazón se ablanda
al contemplar el martirio,
la sangre derramada,
por los pecadores.
Bendice amado Sepultado,
a tu pueblo, a tu hermandad.
Noventa años uniendo hermanos,
noventa años amando nuestra fe.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Una plegaria, terremoto de 7.4 en Guatemala-

Les pido una oración por mi Guatemala.

Salmo 91

1 El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
3 El te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
4 Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
5 No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
6 Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
 
7 Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
8 Ciertamente con tus ojos mirarás
Y verás la recompensa de los impíos.
 
9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
10 No te sobrevendrá mal,
Ni plaga tocará tu morada.
 
11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.
12 En las manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
13 Sobre el león y el áspid pisarás;
Hollarás al cachorro del león y al dragón.
14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
15 Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
16 Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.

Mayo, 23.

  Encendió un cigarro y sintió como la lluvia le besaba las manos. Aquella noche ya no sentía nada, todo era tan lejano y el reloj era una l...