miércoles, 13 de junio de 2012

Yo voté en blanco.


Comentario sobre el libro:
ENSAYO SOBRE LA LUCIDEZ
Premio Nobel de Literatura 1998 José Saramago.
Eleázar Adolfo Molina Muñoz.

“Las sociedades son apáticas y ni siquiera la evidencia de los hechos las conmueve o las mueve. Si no hay resistencia se puede llevar a las sociedades donde quiera. La sociedad civil, tan reclamada y aplaudida por políticos es la más manipulada y más allá está el caso de las multinacionales que desvirtúan las democracias. En democracia el ciudadano debe elegir, que yo sepa las multinacionales no se presentan a las elecciones y tienen el poder efectivo, real. Es una comedia de engaños.”
                        José Saramago.

Blanqueros.
El Ensayo sobre la lucidez, es la obra que pasa a formar la segunda parte del Ensayo sobre la ceguera, célebre libro del Nobel portugués. La historia comienza una mañana de un día en el que se celebran, con lluvias y mal clima imperante, la “fiesta” electoral se desarrolla en la “Capital”, como el autor llama a la ciudad a la que no da nombre ni ubicación, al igual que al país en donde esta se encuentra ubicada la misma; de una forma rara. Pues en la provincia de dicho país las elecciones transcurren con normalidad y los habitantes de aquel país empiezan a criticar a los habitantes de la ciudad capital. Los colegios electorales ubicados a lo largo de la capital, confían en que al mejorar el clima la situación se normalice. Alrededor del medio día el clima mejora, pero no se ve por donde pueda mejorar el número de votantes. Sin embargo, sin ninguna razón aparente, alrededor de las cuatro de la tarde todos los habitantes de la ciudad capital salen a votar, como si se les hubiese dado una orden para ir a votar a esa hora. Todos en masa acuden a las urnas y el gobierno celebra el “gesto patriota” de aquellos civiles. Al cerrar los colegios electorales, ocurre una sorpresa. Los partidos en contienda que son tres: Partido de Derecha (PDD), Partido del Medio (PDM) y Partido de Izquierda (PDI), apenas pueden llegar con todos sus votos juntos, no llegaban ni al 25% del total de votos validos. Los votos nulos y las abstenciones fueron extremadamente pocos y los votos en blanco, fueron más del 70%. Todos ellos en la ciudad capital.
Las elecciones se vuelven a repetir ocho días después y el resultado es el mismo. El gobierno piensa que es un complot internacional, una conspiración, el gobierno piensa lo que sea al no encontrarle solución al problema. Busca culpables donde sea. Sin embargo la única solución coherente que piensan es abandonar la capital. Es así como todos los funcionarios y órganos de gobierno abandonan la capital y la dejan a su suerte, llevándose consigo el cuerpo de policía, policía de tránsito. La declaran en Estado de Sitio y esperan que con esta medida. La gente recupere su razón. Se dan una serie de sucesos desafortunados maquinados por el propio gobierno. Hasta la repentina aparición de tres cartas que unen los hechos sucedidos con hechos acontecidos cuatro años atrás (Ensayo sobre la Ceguera). El primer ministro manda una delegación de tres policías a investigar y estos ubican a las personas que las cartas mencionan. Luego, el inspector en jefe de dicha comisión es asesinado y asesinan a una mujer, que no se quedo ciega cuatro años atrás, la mujer del oftalmólogo, del médico. El libro finaliza con dos ciegos que hablan sobre los disparos y a uno de ellos le importa más el disparo que silenció al perro, porque no le gustan los perros que ladran.

Cualquier país, cualquier lugar.
Ensayo sobre la lucidez, es una obra universal. Puede ser ubicable en cualquier lugar del mundo, siempre y cuando en  ese lugar del mundo exista un sistema democrático, débil, fortalecido o por lo menos se tengan conocimientos básicos sobre los sistemas de gobiernos. Aunque el autor, en un momento de su narrativa en el que se sufre un torrente de palabras sin igual, menciona que el lugar donde acontece todo es en Portugal y por consiguiente en su ciudad capital, Lisboa. El tiempo de la obra es tan actual, tan contemporáneo a nosotros, pues gracias a las diversas luchas del siglo XX en nuestra Latinoamérica, la mayoría de los países contamos con democracia. Aunque como dice Saramago, sea mutilada, secuestrada y servil a los intereses de los Fondos Monetarios Internacionales y todas aquellas organizaciones que controlan la economía en el mundo.

El único Nobel de lengua portuguesa.
Por «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía» la academia sueca le otorga en 1998 el premio Nobel de Literatura a José Saramago. De nacionalidad portuguesa, miembro del partido comunista portugués, periodista, escritor y dramaturgo, nació en Azinhaga, Portugal el 16 de noviembre de 1922 y muere en Tías, España a la edad de 87 años el 18 de junio de 2010. Entre sus obras más importantes destacan el Ensayo sobre la Ceguera, Ensayo sobre la Lucidez, El Evangelio Según Jesucristo, Caín, Todos los nombres y El viaje del elefante. En 1991 su novela Evangelio según Jesucristo, fue vetada por el gobierno portugués, por faltarle el respeto a los católicos. Motivo por el cual Saramago abandona Portugal y se traslada a la isla de Lanzarote, en España. Ateo y opinaba de Dios: "Dios es el silencio del universo, y el ser humano, el grito que da sentido a ese silencio".

“Entonces un ciego preguntó…”
La narrativa de José Saramago, llena de ironías y de verdades nos hace despertar a una realidad que no queremos ver. Una realidad a la que pertenecemos, pero que por “ciegos” ignoramos. El ensayo sobre la lucidez, es la segunda parte, la complementaria del magnífico libro, Ensayo sobre la ceguera, quizás es el más importante en toda la obra del portugués. Pero en este segundo ensayo, la crítica va no a la sociedad, si no a la democracia y a la forma en que responde un gobierno ante lo desconocido, ante lo que no se puede explicar. Si en el primer ensayo la ceguera infecta mágicamente a todo el mundo, en este segundo, la lucidez invade a todos los pobladores de la “ciudad capital”. Nos demuestra con suma ironía las rivalidades que existen entre las provincias y la capital, pues las provincias se mofan del atentado democrático que acontece en las elecciones. Es verdad, que por ley el voto en blanco es permitido, es una forma de castigar al sistema. Por arte de magia, la mayoría (más del 70%) de la población de la capital, decide votar en blanco, poniendo en jaque al sistema democrático. Pues no garantiza la continuidad del mismo. Poniendo en aprietos a un gobierno de la corriente derechista, que a decir de Saramago, todo lo resuelve con complots y violencia. “Yo voté en blanco” es el letrero que llevaban  los habitantes de aquella ciudad en la manifestación que acontece inmediatamente después de la huida de los poderes gubernamentales de la ciudad, pues ya no podían gobernar en ella. A pesar de que el gobierno espera una anarquía, sucede que aquellas personas, viven mejor y feliz sin el sistema, a pesar de los boicots, atentados y secuestros por parte del Estado, la vida sigue corriendo igual, aunque mejor. Todos se unen en una fraternidad grande, de “todos para uno y uno para todos”. Al verse incompetente, el Estado decide inventarse culpable y es ahí, en ese momento del relato en que Saramago divaga un poco y demuestra que quizás, al final de este libro, se le estaban acabando las baterías, pero con suma maestría logra retomar el discurso y ensañarnos, que a pesar de la lucidez de aquellas gentes, siguen estando ciegas. 

Aullemos dijo el perro”
¿Hasta donde existe realmente la democracia? Esa es la pregunta que ronda a lo largo del Ensayo sobre la lucidez. ¿Dónde está la frontera entre el poder político de una persona y el poder del pueblo? Con una maestría que en algunos momentos es olvidada, el autor hace gala de todos sus recursos literarios para darnos una crítica monumental sobre el sistema de gobierno, la democracia y la respuesta que nuestros gobernantes dan determinados acontecimientos. Saramago se transforma en una conciencia “Lucida” y “Ciega”. Pues nos comenta a lo largo de su obra, que la sociedad esta ciega por no ver lo que sucede a su alrededor y la sociedad civil de este pueblo, de la ciudad capital, es una sociedad lucida. Pues cada uno de ellos vota en blanco por convicción propia.
En la mayoría de las legislaciones del mundo, el voto en blanco se encuentra regulado. Sin embargo sería sumamente extraño que la mayoría de los votos en una elección fuesen de este tipo. Lo que Saramago trata de decirnos es lo que podría suceder. Una fraternidad nacida de la nada en la cual todos se unen para sacar adelante la ciudad después del abandono de sus autoridades y el posterior estado de sitio. La anarquía se vuelve forma de gobierno. La lucidez de una decisión de castigo reina.
La conclusión es fácil. Nuestra democracia llega hasta donde nos alcance el dinero. Hasta donde nos dejen llegar los verdaderos gobernantes de este mundo. Mientras tanto, a ver qué día llega el momento de protestar como los habitantes de la capital para poder decir al viento. VOTE EN BLANCO.

Bibliografía.
Ensayo sobre la Lucidez. Saramago, José. Editorial Caminho, Lisboa, Portugal. 2004.

domingo, 3 de junio de 2012

LA LAGUNA DE XELAJU


Escribiré ahora, lamentablemente de la penosa situación en la que se encuentra la ciudad de Quetzaltenango.  Ubicada al occidente de Guatemala, es la segunda ciudad del país, pero gracias a la incompetencia, ineptitud y sobre todo, corrupción de las autoridades municipales, los quetzaltecos vivimos una situación muy lamentable, un verdadero estado de emergencia, ya que con cada lluvia, la ciudad colapsa en su sistema de drenajes y allá vamos, con inundaciones, correntadas. ¿A dónde van los arbitrios que se pagan? ¿Por qué pagamos boleto de ornato si la misma municipalidad destruye los pocos árboles que quedan? Ya lo hice en enero, tomarme el abuso de compartir con ustedes el editorial de Prensa Libre del pasado sábado 2 de junio.  Prensa Libre se ha caracterizado a lo largo de su vida, como un periódico libre, que ha denunciado las atrocidades de los gobiernos, que ha reconocido los logros de los guatemaltecos y que con este editorial, quizás busca recordarle al pueblo quetzalteco, algo que ya hemos olvidado… LA LUCHA A MUERTE POR LA TIERRA QUE NOS VIO NACER. Enarbolamos la bandera del Estado de Los Altos, pero ahora que el estado nos necesita, preferimos seguir viendo como la ciudad se encamina a un cataclismico y apocalíptico tiempo de invierno lluvioso. Sin más, les dejó el editorial y me permito anunciarles que esta semana publicare un ensayo sobre Jacobo Arbenz Guzmán.

Incompetencia, el drama real de Xela

Apenas la primera embestida del invierno ha desnudado, con inundaciones, uno de los dramas de la imprevisión urbanística que aflige a la Ciudad de Quetzaltenango y que constituye una evidencia inequívoca de la ausencia de idoneidad en el cuerpo edilicio a cargo de su administración.

Las redes sociales, que se han convertido en el mundo libre en otro medio del desfogue de las emociones colectivas, han pasado a ser, también, entre los quetzaltecos, vías de reclamo y censura contra el alcalde Jorge Rolando Barrientos Pellecer, porque en ocho años al frente de la segunda ciudad del país ha carecido de visión, capacidad y voluntad para articular las estrategias mínimas que permitan enfrentar sus principales carencias y desafíos.
La desventura quetzalteca motiva, dentro y fuera de aquella localidad, la pregunta respecto de la razón para haber premiado con un tercer período como alcalde a alguien cuyas modestas capacidades como administrador han quedado evidenciadas a lo largo de su penoso desempeño. La mala elección de autoridades no es, ciertamente, un error privativo de los quetzaltecos, porque campean por doquier los alcaldes incompetentes y corruptos que por el voto amañado siguen aferrados al cargo.
No obstante, este desacierto electoral llama la atención porque se embaucó a un pueblo con una larga tradición cívica y democrática, y que es la cuna de connotados ciudadanos, algunos de quienes ofrendaron su vida por la defensa de sus ideales y de su tierra. Esos antecedentes hacen suponer que debe existir en Quetzaltenango discernimiento, escrúpulo, recato y responsabilidad en el ejercicio del sufragio, a fin de contar con autoridades cuyo porte y dignidad honren aquel prestigio histórico.
La actuación de Barrientos en esta crisis desluce y mancha la figura de alguien que en el fragor del triunfo electoral pregonaba ufano que tras su tercera victoria como alcalde comenzaba a caminar rumbo a la Presidencia de la República. Exageró, entonces, el peso del voto rural obtenido de forma astuta, porque fue fruto del oportunismo propio de los programas sociales clientelares de la Unidad Nacional de la Esperanza y la señora Sandra Torres. La realidad le pasa ahora la factura por esta bufonada, y le demuestra que si no es capaz de administrar una ciudad pequeña, mucho menos podrá lidiar con la compleja realidad de la Nación.
En otro país medianamente civilizado, este fiasco y las censuras públicas por el mal desempeño habrían sido suficiente motivo para que un funcionario repudiado se apartara del cargo. Mas esa práctica no forma parte de la raquítica ética política de Guatemala, y por eso los quetzaltecos tendrán que esperar pacientemente a que transcurra todo el período para que alguien distinto se siente en la poltrona edilicia, salvo que, en un postrer gesto de dignidad, Barrientos opte por el retiro.
Este drama de incompetencia demuestra la necesidad de que se limite la temporalidad de los cargos de elección, y asimismo de que se ejerza el sufragio con responsabilidad, para evitar fraudes de compromiso y aptitud como el que hoy hunde en el abandono, la vergüenza y la incertidumbre a los quetzaltecos.

EDITORIAL PRENSA LIBRE, 2 DE JUNIO DE 2012. 

Lo más triste, es que existió un tiempo en donde se moría por esta ciudad... 

Mayo, 23.

  Encendió un cigarro y sintió como la lluvia le besaba las manos. Aquella noche ya no sentía nada, todo era tan lejano y el reloj era una l...