sábado, 28 de septiembre de 2013

Duerme al hijo.


Desde que me acuerdo,
ella siempre lo lleva en brazos,
con especial ternura
mi Señora, lo muestra
durmiendo y suspirando.

Niño redentor,
parece caerse de lado,
ella sujeta con ternura
la sandalia que usa
el pescador de almas,
el redentor del calvario…

Y es que desde que recuerdo,
ella lo lleva en brazos,
un niño dormido,
un varón de dolores,
un hijo cansado al fin de cuentas,
lo sujeta con ternura,
lo duerme entre sus manos,
lo consuela con sus ojos…

Desde que recuerdo,
ella nos sujeta con ternura
y nos alienta en la vida,
mientras nos demuestra
el camino del cristiano,
de ternura y dolor,
de espinos y azucenas,
de esperanza y resurrección.

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