Romance de las letras hispanas.
Asistimos al medioevo ibérico. Una península con
tantos reyes como moros. Un castellano que sigue formándose y evolucionando
igual que el día de hoy. Los juglares van de pueblo en pueblo, siguiendo la
ruta del apóstol mayor cantando las aventuras y desventuras de las gentes;
dando las noticias de todo cuanto acontece en el norte de la España que
conocemos hoy en día.
Así pues, aparece el “Romance”, propio y
característico de la madre patria. Se hacen populares durante el siglo XV y es
precisamente en este siglo en que aparecen ya recogidos en versiones impresas
que los guardan para la posteridad, a dichas colecciones se les llamo
“Romanceros”.
Los romances son poemas narrativos de gran variedad
temática, dependiendo de lo que las gentes de los pueblos quisieran escuchar,
se pueden interpretar declamando, cantando; incluso se pueden hacer de forma
mixta, cantando y declamando. Es el inicio del género musical que el día de hoy
llamamos trova.
La estructura del romance es bastante sencilla
aunque se debe acotar que tienen una magistral y hermosa forma de arte. Los
versos son octosílabos, es decir, de ocho silabas con rima asonante en los
versos pares, por ejemplo:
“Los que vienen
con el rey
entre sí van razonando;
unos lo dicen de quedó;
otros lo van publicando (…)”.
entre sí van razonando;
unos lo dicen de quedó;
otros lo van publicando (…)”.
Es lo más sencillo de la estructura poética, el
romance es la matriz de la creación poética en castellano, con algo de
influencia de las letras italianas, pero que sirve para inmortalizar e iniciar
el camino de las letras y temas de la poesía española.
Los romances van a tratar temas históricos, liricos
y épicos. Romances moriscos y romances novelescos también serán vertientes que
se construyen los juglares y sus viajes. De los históricos podemos resaltar “De
como el Cid fue al palacio del rey la primera vez”, “Romance de Jimena Gómez” y
“La jura en santa Gadea”. De los romances moriscos quizás se resalta por encima
de los demás “El romance de la conquista de Alhama”. Para los romances
novelescos nos vamos a detener en el romance de “El enamorado y la muerte”.
“El romance del enamorado y la muerte” nos habla de
la aventura al inicio de un sueño que se transforma en realidad, el hombre que
sueña estar de nuevo con todas sus enamoradas y de pronto recibe la visita de
la muerte que se lo lleva para no volver más. Interesante ver como en esta
época la muerte se contempla como una amada, ya lo refrendará más adelante el
polvo enamorado de Quevedo.
“El romance de la conquista de Alhama” Podemos
observar la angustia y la tristeza del rey moro al ver como se consuma la
reconquista de la Alhama y en un remate extraordinario del relato en verso
octosílabo, podemos leer como uno de los más ancianos de sus súbditos le dice
que todo lo que ha pasado es culpa del rey moro, que la desgracia de Granada es
gracias a él. En este romance fronterizo podemos ver como se anunciaba al norte
de España la reconquista del sur de la península, es más, se alcanza a apreciar
la ingenuidad del rey moro y su inocente respuesta ante las cartas que
llegaban.
Los romances cumplían entonces con una misión
informativa y de entrenamiento. Siendo los precursores de la trova moderna,
siendo los influyentes directos del siglo de oro que se venía por delante. A
modo de transición aparece entonces Garcilaso Dela Vega.
“Los gestos
desenfrenados”.
Nacido entre los viajes de Colón al nuevo mundo,
Garcilaso Dela Vega lo único verdadero que tiene de su origen es que fue en
Toledo. Militar y poeta del Siglo de Oro en la poesía española. Mismo que él
ayudaría a construir y en el cual él sería el gran creador de la transición no
tan traumática de un movimiento a otro.
¿Por qué decimos que es transición parte de su obra?
Al inicio de su obra utiliza el recurso literario de la Égloga, un recurso
poético en el cual el autor manifiesta su amor puro y bello, en un ambiente
pastoril, en donde él encarna a uno o varios pastores, es en forma de dialogo y
un ingrediente principal es la música. Garcilaso toma este recurso poético para
hacer una transición entre los romances y lo que mejor domina después, los
sonetos.
En
la “Égloga primera”, Garcilaso desarrolla de manera extraordinaria el tema
central de su obra mediante la utilización de los diálogos entre los pastores. En
esta égloga nos expone el dulce lamentar de dos pastores, desarrollando en un
pequeño drama si lo podemos ver así. En muchos lugares, este recurso poético
fue utilizado en prosa, dándole un mayor cuerpo a la obra, no limitándola tan
solo al verso.
Garcilaso
inicia por medio de las églogas el camino a lo que más se debe preciar de su
obra, los sonetos.
El
soneto es una composición poética de catorce versos de arte mayor, de métrica
endecasílaba en su forma clásica. Se organiza en cuatro estrofas, dos cuartetos
(es decir cuatro versos por estrofa); y dos tercetos (de tres versos cada
estrofa); podemos decir que el soneto presenta una introducción, un desarrollo
y una conclusión en los dos tercetos. Así pues el poeta en cuestión, toma el
romance de ocho silabas español, castellano y lo olvida por el soneto. De ocho
silabas cambiamos radicalmente a once. En donde las historias quedan al margen,
pero los sentimientos son los que se mantienen en desarrollo. Veamos.
En fin, a
vuestras manos he venido
do sé que he de morir tan apretado, que aun aliviar con quejas mi cuidado, como remedio, me es ya defendido. Mi vida no sé en que se ha sostenido, si nos es en haber sido yo guardado para que sólo en mí fuese probado cuánto corta una espada en un rendido. Mis lágrimas han sido derramadas donde la sequedad y la aspereza dieron mal fruto de ellas y mi suerte. Basten las que por vos tengo lloradas. No os venguéis más de mi con mi flaqueza; allá os vengad, señora, con mi muerte. |
El tema principal de este soneto es la
muerte, podemos observar desde la primera estrofa el fin de la vida. Buscando
un lugar en donde descansar, luego desarrolla con sumo cuidado el legado y su
sentido de vida para después pedirle a la musa, a la señora que no vengue la
muerte. Habla de las lágrimas derramadas y que no dieron fruto y luego le
dice a la señora que con sus lágrimas ya le tiene en paz. No buscar venganza
de la muerte del soldado, dejarlo ir en paz.
|
No pierda más
quien ha tanto perdido;
básteme, amor, lo que ha por mi pasado; válgame agora haber jamás probado a defenderme de lo que has querido. Tu templo y sus paredes he vestido de mis mojadas ropas, y adornado, como acontece a quien ha ya escapado libre de la tormenta en que se vido. Yo había jurado nunca más meterme, a poder mío y a mi consentimiento, en otro tal peligro, como vano. Mas del que viene no podré valerme; y en esto no voy contra el juramento; que ni es como los otros ni en mi mano. |
Un soneto en donde el tema principal
que desarrolla Garcilaso es la derrota, la perdida, la ruina. Jurar y
prometer no volver a emprender peligrosas empresas no valen para alguien que
ha luchado. Por eso habla de nuevo de la muerte, como ese peligro riguroso que se escapa de su mano.
|
Escrito está
en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo; vos sola lo escribiste, yo lo leo tan solo, que aun de vos me guardo de esto. En esto estoy y estaré siempre puesto, que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo, de tanto bien lo que no entiendo creo, tomando ya la fe por presupuesto. Yo no nací sino para quereros; mi alma os ha cortado a su medida: por hábito del alma misma os quiero. Cuanto tengo confieso yo deberos; por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir y por vos muero. |
Este soneto es de un arte mucho mayor
en la obra de Garcilaso. Hablamos del amor puro, del amor perfecto, ese amor
que nos hace simplemente tirarnos al mar a nadar por un sueño. Amor carnal,
de querer demostrar en toda medida y a toda forma el sentimiento que se puede
llegar a sentir por alguien. Por un simple gesto pueden nacer las más
hermosas historias de amor de la tierra.
|
La
obra de Garcilaso es de incalculable valor, de una hermosa perfección y de una
singular musicalidad. El ritmo y el arte van de la mano en toda la obra de
Garcilaso, que como he mencionado a lo largo de este discurso, es el perfecto
eslabón para una transición entre el romance español y el siglo de oro que
viene en camino. Extraordinario poeta que hace poesía lo militar y que una vez
más nos vuelve a demostrar a través de sus ojos y sus letras, una forma más
tierna de ver el mundo que nos rodea.
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