Hay frío afuera,
dice la voz de mi viejo;
mientras coloco el fósforo encendido
en la vela de la corona.
Hay frío afuera,
dice mi viejo;
mientras una taza de café
le espera.
Veo la llama de la vela,
bailando con las sombras,
suspiro en silencio y
una lágrima apaga aquel fuego.
Hay frío afuera,
menciona mi viejo.
Yo estoy llorando sobre la vela,
estoy llorando al no verte.
Escucho los pasos
de mi viejo
venir rumbo a mí.
Vergüenza de corazón roto,
cascada de lágrimas;
hay frío afuera,
menciona mi viejo…
Mi mano limpia
el fruto de tu ausencia.
El árbol se mira
galante y el nacimiento
guarda la esperanza
del redentor.
Hay frío afuera,
pero, está nevando en mi alma,
alma que llora
la ausencia de tus labios.
Ya volverá hijo mío,
dice mi viejo,
aguarda y confía
en su retorno.
Mientras regresa a la mesa
y se escapa de mi mundo.
Hay frío afuera
y más fríos están mis brazos
al no poder abrazarte.
Hay frío afuera
amor mío, con este frío
espero en tu ausencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sin tus ojos... la poesia pierde su sentido.