1.- ¿Quién es Gabriel García Márquez?
2.- ¿Menciones quienes son los premios Nobel de Literatura latinoamericanos?
3.- Enumere cuatro obras del boom.
4.- ¿Quién es Mario Vargas Llosa?
Se reciben los correos desde las 7 a las 8 de la noche.
molinaeleadolfo90@gmail.com
Un viaje por las letras de Eleázar Adolfo Molina. Escritor de narrativa y algunas otras cosas. Autor de Canto Nocturno (2018) y Pesadillas de un espantapájaros (2011). Miembro de Testosterona Literaria. Cofundador de Diario de Los Altos.
martes, 28 de mayo de 2013
lunes, 27 de mayo de 2013
Poemas y preguntas 4° Bach.
Lea los poemas y luego responda.
¿Qué intención tiene el autor?
¿Qué siente al leer los poemas?
PUEDO escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: " La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos". El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
PABLO NERUDA.
PREGUNTAS INTRODUCCIÓN 5° BACH.
Estaré esperando sus respuestas de 7 a 8 de la noche al correo: molinaeleadolfo90@gmail.com Bendiciones.
PREGUNTAS SOBRE EL BOOM:
1.
En sus palabras: ¿Qué fue el boom?
2.
Mencione a dos autores del boom.
3.
Explique que es el caso “cuba”.
4.
¿Qué le llama la atención del boom?
5.
Enumere a los integrantes del primer grupo del
boom.
lunes, 20 de mayo de 2013
La generación española de 1927
Las crónicas nos cuentan que se reunieron por el tercer centenario de
la muerte de Luis de Góngora, fue en 1927 y fue en el Ateneo de Sevilla. Fueron
un grupo de personas que se unieron a una celebración que fue la excusa de la
libertad. En el desarrollo de este discurso, haremos una mirada a la niña de
los del ’27, la poesía; y es que en estos hombres y mujeres resonaban aquellos
versos de Góngora: “La más bella niña /
de nuestro lugar, / hoy viuda y sola / y ayer por casar, / viendo que sus ojos
/ a la guerra van, / a su madre dice, / que escucha su mal: // dejadme llorar /
orillas del mar.”
“Orillas
del mar…” inmenso y soberbio, un mar que fue sacudido por una tormenta de
ideas, de pensamientos, de realidades, de palabras… una tormenta de poesía que
fue bautizada, generación del ’27.
Quisiera hacer justicia para poder englobar en
estas palabras, toda la magia que estos poetas desataron. Un giro impresionante
a las letras mundiales. Ideas y sueños de libertad. Como veremos más adelante,
fue una generación truncada, por la guerra civil española.
“Pasan las
aguas por el cauce, / y no terminan de pasar; / más si de un agua no bebimos /
nunca aquel agua tornará. // Y mientras corre el tiempo y llega / la hora feliz
que imaginemos, / se va la vida, huyendo siempre, / cual se va el agua entre
las manos…// Gocemos hasta marchitarlas / todas las flores del camino, / ya que
el dolor jamás perdona / ni un paso de
nuestro destino”. Góngora
fue la excusa de la reunión, en él vieron un poeta clásico pero divertido y contemporáneo.
Se buscaba quizás reivindicar al poeta rival de Quevedo. Pero como digo solo
fue la excusa. Los versos anteriores, son la
“Invitación a la vida” que nos
hace Rafael Laffon, para iniciar nuestro camino, en el camino de Machado,
camino que se hace al andar.
La riqueza de la generación fue gracias a las ideas de sus integrantes. Pero además
de eso, estos hombres y mujeres tan cercanos a las vanguardias, quizás pensaron
en experimentar. Al igual que los versos de Laffon, la generación fue una invitación
a la vida. Teniendo como punto el naciente cine, el proyector de imagen que
congelaba la vida. La imagen dejó de ser estática, se movía, se fijaba. Los
poetas observaban todos los detalles, todo rompía moldes. Lo cotidiano se volvió poesía. La técnica
también es arte. Son los ojos del artista, del poeta los que cambian al mundo.
Lo transforman y lo consagran a la eternidad en sus letras. Fue un suspiro de
libertad, en una España que no tendría alas para volar en los años venideros.
Además de vivir la libertad, los del ’27 idearon un nuevo tipo de sociedad. Más
justa y libre. Y empezaron a transformarla por la educación. Pero… ¿Quiénes son
los del ’27?
De las estrellas nacieron Vicente Alexandre,
Gerardo Diego, Manuel Altoaguirre, Dámaso Alonso, García Lorca, un tal Jorge
Guillen, un menos conocido Emilio Prados; Luis Cernuda y Rafael Alberti, Pedro
Salinas y no hay que olvidar ni a Miguel Hernández y a Salvador Dalí.
Pero la generación del ’27 es englobada
solamente a la poesía, hay que hacer la mención que no. Los del ’27 no solo
fueron los citados anteriormente, es una lista larga de poetas y poetisas, que
no solo se quedaron en el universo literario, al igual que Dalí algunos de
ellos fueron pintores, otros fueron músicos, un par más fueron cineastas, un
caricaturista que también fue animador y hay que decir que hasta un torero
llegó. De igual forma no hay que verlos solo en Madrid, también estuvieron en
Málaga, Cataluña, Canarias, Galicia y Cantabria. Es por ende que fue un grupo
generacional de alcance nacional. Pero se me hace imposible en este ensayo
hacer un paseo por cada uno de ellos y en cada una de sus ramas. Por eso
zapatero a tus zapatos que la poesía nos espera.
“Cuando era
primavera en España: / frente al mar los espejos / rompían sus barandillas / y
el jazmín agrandaba / su diminuta estrella / hasta cumplir el límite / de su
aroma en la noche… / ¡Cuando era primavera!...” Emilio Prados nos enseña la esperanza del
grupo, al recordar los tiempos buenos, parecía que estos poetas tenían ojos de
vidente, pues la guerra civil se asomaba en el horizonte. “Cuando era primavera en España: / junto a la orilla de los ríos / las
grandes mariposas de la luna / fecundaban los cuerpos desnudos de las
muchachas, / y los nardos crecían silenciosos / dentro del corazón / hasta
taparnos la garganta… / ¡Cuando era primavera!” La libertad estaba presente
para ellos, en las mariposas del verso anterior, en las mariposas de Dalí en
los molinos. Y en un fragmento más se observa una idea más de la generación. La
igualdad: “Cuando era primavera en
España: / todos los hombres desnudaban su muerte / y se tendían juntos sobre la
tierra / hasta olvidarse el tiempo / y el corazón tan débil por el que ardían…
/ ¡Cuando era primavera!”. Prados nos muestra la característica melancolía
poética, pero la funde con un ideal, nos regala este poema, lleno de esperanza
y de soledad.
“La luna
vino a la fragua / con su polisón de nardos. / El niño la mira mira. / El niño
la está mirando”. Con su “Romance de
la luna”, aparece un titán encadenado. Federico García Lorca aparece en las
letras de este ensayo. “En el aire
conmovido / mueve la luna sus brazos / y enseña, lúbrica y pura, / sus senos de
duro estaño”. Lorca ha sido objeto de innumerables anécdotas y misterios.
Hasta el día de hoy es un misterio en donde está enterrado. Es quizás una de
las bajas más sensibles de la generación en la guerra y la tiranía posterior. “Huye luna, luna, luna / que ya siento sus
caballos. / Niño déjame, no pises, / mi blancor almidonado”. Lorca que ha
tenido hasta fama de poeta vidente, con el poder de ver muertos e inclusive en
alguno que otro poema, poder predecir su muerte. En su poema “Despedida”, el cual disfrutaremos a
continuación, el poeta hace una mención a la vista de la vida desde la muerte,
es cuestión de cada sensibilidad literaria juzgar una despedida de Lorca, una
de tantas: “Si muero, / dejad el balcón
abierto. // El niño come naranjas / (Desde mi balcón lo veo.) // El segador
siega el trigo. / (Desde mi balcón lo siento). // ¡Si muero, / dejad el balcón
abierto!”. Aunque a criterio de muchos literatos y estudiosos. Lorca es
mucho más grande en el teatro que en la poesía. Cabe resaltar que este año pude
presenciar “La casa de Bernarda Alba”, obra impresionante, extraordinaria,
después de verla he llegado a una conclusión. Todos esos personajes son Lorca
de una manera u otra. Todos son un reflejo de algún sueño que el poeta tuvo. Algún sueño que murió junto a él.
“Para
la libertad sangro, lucho, pervivo. / Para la libertad, mis ojos y mis manos, /
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos”. Nuevamente vemos, el grito de libertad. Ese ideal que ha dejado tanta muerte, pero que ha brindado tanta vida. Vivir por un ideal es quizás lo mejor que le puede pasar a una persona. Una convicción, una gran fuerza que nos hace morir para vivir. Un joven Miguel Hernández, escribió: “Para la libertad siento más corazones / que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas, / y entro en los hospitales, y entro en los algodones como en las azucenas”. Aunque muchos le consideran parte de la generación del ’36, Miguel Hernández, quien murió joven, a los 31 años fue un poeta y dramaturgo que impacto y golpeo fuerte con sus letras. “Para la libertad me desprendo a balazos / de los que han revolcado su estatua por el lodo. / Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos, / de mi casa, de todo”. Miguel Hernández murió el 28 de marzo de 1942, en la prisión, en la enfermería y enfermo. Uso la literatura como un arma, en donde reclamo y lucho por sus ideales y por la libertad. “Porque donde unas cuencas vacías amanezcan, / ella pondrá dos piedras de futura mirada / y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan en la carne talada”. Hasta el gran Pablo Neruda luchó por la libertad de Hernández; Dámaso Alonso calificó a este poeta como un epígono extraordinario de la generación del ’27. “Retoñarán aladas de savia sin otoño / reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida. / Porque soy como el árbol talado, que retoño: / porque aún tengo la vida”. En la obra poética de Miguel Hernández, vemos algo que es característico de esta generación, la esperanza y la oscuridad. La ilusión y la tristeza. La humanidad misma.
doy a los cirujanos”. Nuevamente vemos, el grito de libertad. Ese ideal que ha dejado tanta muerte, pero que ha brindado tanta vida. Vivir por un ideal es quizás lo mejor que le puede pasar a una persona. Una convicción, una gran fuerza que nos hace morir para vivir. Un joven Miguel Hernández, escribió: “Para la libertad siento más corazones / que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas, / y entro en los hospitales, y entro en los algodones como en las azucenas”. Aunque muchos le consideran parte de la generación del ’36, Miguel Hernández, quien murió joven, a los 31 años fue un poeta y dramaturgo que impacto y golpeo fuerte con sus letras. “Para la libertad me desprendo a balazos / de los que han revolcado su estatua por el lodo. / Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos, / de mi casa, de todo”. Miguel Hernández murió el 28 de marzo de 1942, en la prisión, en la enfermería y enfermo. Uso la literatura como un arma, en donde reclamo y lucho por sus ideales y por la libertad. “Porque donde unas cuencas vacías amanezcan, / ella pondrá dos piedras de futura mirada / y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan en la carne talada”. Hasta el gran Pablo Neruda luchó por la libertad de Hernández; Dámaso Alonso calificó a este poeta como un epígono extraordinario de la generación del ’27. “Retoñarán aladas de savia sin otoño / reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida. / Porque soy como el árbol talado, que retoño: / porque aún tengo la vida”. En la obra poética de Miguel Hernández, vemos algo que es característico de esta generación, la esperanza y la oscuridad. La ilusión y la tristeza. La humanidad misma.
“Donde habite el olvido, /
en los vastos jardines sin aurora; / donde yo solo sea / memoria de una piedra
sepultada entre ortigas / sobre la cual el viento escapa a sus insomnios”.
Creo firmemente en que los que nos hemos consagrado a esta vida injusta de las
letras, les debemos a los del ’27 la libertad extraordinaria que hoy en día
gozamos. Aunque siempre depende de la astucia del escritor para no llegar al
olvido. “Donde mi nombre deje / al cuerpo
que designa en brazos de los siglos, / donde el deseo no exista. // En esa gran
región donde el amor, ángel terrible, / no esconda como acero / en mi pecho su
ala, / sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento”. Luis
Cernuda es otro poeta exponente del ’27. Creador de este bello poema. Pero los
del ’27 no viven ahí en el olvido. Las letras siempre voltean a ellos, como
ellos voltearon al pasado, a Góngora. “Allá,
allá lejos; / donde habite el olvido”.
Este grupo de gente se reunió para dar un homenaje a un poeta
extraordinario. Naciendo de aquella intención un grupo de animadores, de
genios. Góngora fue la lámpara mágica de la literatura, el detonante, la excusa
perfecta para trabajar unidos el sueño eterno de la literatura. En lo personal
me he apasionado tanto y aprendido de estos, pero quiero terminar con Rafael
Alberti: “Si mi voz muriera en tierra /
llevadla al nivel del mar / y dejadla en la ribera. /Llevadla al nivel del
mar / y nombradla capitana de un blanco
bajel de guerra. // ¡Oh mi voz condecorada / con la insignia marinera: / sobre
el corazón un ancla / y sobre el ancla una estrella / y sobre la estrella el
viento / y sobre el viento la vela!”
martes, 14 de mayo de 2013
Cerrar los ojos...
Levantó la vista, en silencio se dedico a perder
el tiempo recorriendo por todos los lugares posibles su imaginación. El reloj
bailaba con el silencio de su mirada, danzaba con la música de la condena
eterna. Maldita sea la hora en que la muerte llega y nos arrebata la vida de
los amados de nuestras manos, pero ¡Dios mío! Bendita se la humilde hora en que
la muerte corta la rosa de mi jardín.
Mis ojos observaban la luna a través de los vidrios de la ventana. La
cortina estaba ahí, como han estado siempre los versos de Neruda y como estarán
por siempre las cicatrices de los amores prohibidos que se han dejado pasar.
Pronombres y adjetivos, artículos y conjunciones, diccionarios y gramáticas,
machetes y cuchillos para trabajar en el hielo de la vida, el mármol de las
letras.
Sus ojos seguían clavados en la pérdida del
tiempo. Observaban como iba y venía una pequeña y negra mosca. “Mi vida por una
cerveza”, pensó. Pero para muchos burócratas desalmados, cobradores de bancos y
oficiales de policía, el alma de un pobre indio no vale ni una cerveza.
Entonces al recordar esta verdad, mi pecho sintió el ardor de una herida.
Levante mi camisa y pude ver en mi tórax, justo al lado derecho de mi corazón,
a la altura de lo que los abuelos llaman panza, una herida que sangraba. La
sangre parecía hablarme y parecía maldecir a todos. “Solo fueron indios”, “Solo fueron indios”, parecía
repetir.
La guerra ha terminado, pensé. Pero al pueblo, al
guerrillero y al soldado, no le dijeron que la guerra acabo, al contrario,
ahora los fusiles son códigos, las
estrategias son legales, Dios paso de ser un testigo ciego a la esperanza de
muchos, como debió ser siempre. Pero las víctimas, fueron las mismas, los
granos de maíz que compones la mazorca en donde nos ha tocado vivir. Maldita
sea la hora en que un conquistador nos dividió, en que la humanidad se ha
olvidado de la igualdad y la libertad de las personas. ¿En dónde queda el bar
del olvido? Hay una Premio Nobel de la
Paz armando la guerra en los tribunales. Mientras un enfermo, decrepito y
tiránico general observa como su defensa abandona el puesto de honor. En otro
tiempo, una orden y esos abortos de abogados hubiesen muerto junto al
campesino, estudiante, obrero, empresario, niño, abuelo, mujer, hombre, indio y
ladino. A veces pienso que deberían morir todos y enterrarnos en una fosa
común, en donde todos fuésemos iguales. Un cementerio llamado Guatemala, en
donde se pelarían los gusanos y no los hermanos. En donde el olvido llevaría al
perdón.
Pero en
esta vida… el perdón viene
compuesto de dólares y minas. El perdón se viste de olvido, pues se juzga una
parte de la guerra y la otra se victimiza olvidando las bombas, los puentes
destruidos, los secuestros. Hizo daño el ejército y de igual proporción la
guerrilla. Comunismo de mierda, capitalismo de mierda. Y la libertad, la unión
y Dios, son solo tres palabras que preceden el escenario de un circo que se
llama congreso.
En mi Guatemala, de hermosos paisajes, donde
reinan los celajes más hermosos del
mundo. Donde se levantan las montañas mágicas de los mayas, donde se olvida un
amor truncado con un café y una sheca, donde hay tantas cosas hermosas que ver,
entre ellas sus mujeres… a veces es
mejor cerrar los ojos, o simplemente perder el tiempo viendo entre los
espacios, pues los jóvenes nos hemos olvidado de la historia y los mártires
míticos de nuestro conflicto armado interno, simplemente no nos interesan.
Cerró los ojos y simplemente se unió al pueblo, que no le interesa lo que
pasó, que vive en esta tierra y no habita en ella. Cerró los ojos e ignoro,
pero su ignorancia no le permite avanzar, pues la guerrilla lo dejó sin pierna
izquierda y el ejército mutilo la pierna derecha; y entre los dos, mutilaron la
cabeza… Pero el conflicto jamás nos arranco el corazón.
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