1. Vientre Fecundo.
¡No llores por Helena! Es
una novela breve de Silvia Bollat y Enrique Godoy Duran, ambos de nacionalidad
guatemalteca. Silvia Bollat, incursiona en el mundo de la literatura viva,
coescribiendo con Enrique Godoy esta historia que marca el inicio de su carrera
literaria, apadrinada por el escritor de poemas, novelas y teatro.
2.
¡No
llores por Helena!
La obra, es un grito
desgarrador de saciar la sed de igualdad. Helena es una niña nacida en la
Antigua Guatemala, que vivió sus primeros años junto a sus padres, hasta que el
río Pensativo, se desbordo y destruyo los sueños de ellos.
Faustino, padre de Helena,
vive desde su nacimiento reclamándole a su mujer Dolores, el hecho de que el
ansiado hijo haya nacido mujer. La obra ambientada al inicio del siglo XX, nos
demuestra los estigmas de una sociedad, los desarrolla de una manera amena,
melancólica, pero, nos demuestra que siempre hay una luz al final del túnel. A
raíz de la destrucción de la casa, Faustino insta a Dolores a regalar,
abandonar, matar a Helena. La madre, con el dolor propio de su naturaleza
materna, decide abandonarla en un convento, en donde Helena conoce a Valentina,
su mejor amiga, a la que llamara, su hermana.
Las dos niñas comparten algo
en común, la soledad. Ya que Valentina, pierde a su familia, en la cárcel,
cuando se derrumba la misma, por los históricos terremotos de 1917.
Aparece en este rio, la
familia Montenegro Durini, que las emplean y las tratan como hijas. Es en casa
de ellos, en que conocen a Pilar y su hermana, que deciden llevarlas a trabajar
a los Estados Unidos. En donde sucede la mayor parte de la historia.
Es en casa de los De la Roma
que Helena es violada y queda preñada por el patrón, Albert De la Roma. Junto
con Valentina sufre estos vejámenes hasta que un día ya no pueden resistir más
y explotan en una cena. Reclamando y gritando que habían sido despojadas de su
dignidad. Las sacan de la casa y los amigos de los De la Roma, los señores Van
Derbolt, las llevan a casa. La señora Daysi Van Derbolt, se compadece de ellas
y las envía de regreso a Guatemala, con dinero, les ofrece su ayuda.
Embarcadas en un crucero,
Valentina conoce a Alessio Sicuro, un italiano, con el corazón despezado. Se
enamoran, pero Valentina le confiesa su cruz, le dice que está esperando un
hijo. Alessio la acepta, le propone matrimonio, todo parece cambiarles, pero el
crucero sufre una explosión, en donde Valentina queda muy malherida. Pierde a su
niño. Casi muere. Helena la cuida con ayuda de sor María Isabel y los médicos
que las atendían en el orfanato. Helena vuelve a Guatemala en donde nace su
hija Raquel. Valentina se casa con Alessio.
Raquel, años más tarde
decide revelarle estos secretos a su nieta Karen, cuando se entera de que es
novia de George Van Derbolt. La acompaña en un viaje a Ashville, lugar en donde
todo ocurre, en donde además de encontrarse con su pasado, se encuentra con una
cualidad increíble de su abuela, el perdón y el amor a la familia. La rama
familiar de Helena, nacida de una violación, de una humillación, es aceptada en
la familia De la Roma. Karen, hereda la mansión familiar, además de una
historia muy viva en estos días.
3.
El
camino andado.
La novela está dividida en
ocho capítulos. El primer capítulo, nos presenta anotaciones estilo bitácora,
con fechas y una pequeña descripción de los sucesos acontecidos en esos días.
Luego cambia, los autores juegan con la analepsis, ya que siempre saltan al
pasado, regresando al momento presente.
El narrador usado por los
autores, es el narrador omnisciente, ya que sabe todo lo que acontece en la
historia, pero al igual que Raquel, lo revela poco a poco.
La simbología de los nombres
es adecuada, ya que el nombre del personaje principal, Helena es la antorcha
que ilumina toda la obra. Valentina significa valiente, como se puede observar
al momento en que le grita toda la verdad. Raquel, crea el método para revelar
la historia a la nieta, fiel a su naturaleza.
4.
Un
grito desgarrador de igualdad.
Los autores a lo largo de
toda la obra, exponen en un lenguaje, simple, sin tanto rodeo, aunque con un
poco de misterio, la historia de Helena, que refleja, un grito desgarrador de
igualdad. La obra marca la protesta firme, del género femenino en una época en
que era visto como el débil. Es un reflejo fiel de las luchas sedientas de
encontrar un poco de igualdad en este mundo tan clasicista y destructor.
Es el grito de muchas
mujeres que sufren violencia intrafamiliar, viven con la cruz del olvido y el
abandono, de la ignorancia y de los tratos, como productos que se pueden
comprar.
Un grito desgarrador que
busca encontrar la igualdad en una sociedad convulsionada y hastiada de tanto
dolor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sin tus ojos... la poesia pierde su sentido.