Voy a escribirte padre, en las
siguientes líneas, con el amor que le tengo a mi colegio, aquel colegio al que me llevaron hace ya más de 15 años.
Estudie en mi Liceo Guatemala durante 13 años, toda una vida. Tiempo después,
me volviste a llevar, para trabajar con los equipos deportivos, con los que en
el futbol pusimos muy en alto nuestra bandera. Ahora soy un extranjero,
exiliado de casa. Al igual que muchos ex alumnos, estamos volando lejos de
nuestra casa, trabajando, con nuestras familias, esposas, hijos y en muchos
casos, nietos. Soy de la promoción LIV, un simple bachiller en Ciencias y
Letras que un día soñó, al igual que todos tus hijos, en representar a nuestro
colegio un 15 de septiembre.
Si padre, se que dirás que quizás
la banda y todos los ex alumnos que nos juntamos alrededor de ella durante las
fiestas patrias, somos bochincheros, borrachos, que damos mala imagen a una institución
que amamos con toda nuestra alma. Si entiendo, pero es solo durante una época en
que el alcohol se atraviesa en nuestras vidas. Tus sacerdotes, aquellos que si
se dedicaron a nuestra formación integral, nos enseñaron siempre el respeto
para con las personas mayores y sobre todo, la responsabilidad. Nuestro colegio
le ha dado grandes hijos a Guatemala, abogados, médicos, ingenieros y
excelentes padres de familia, que algún día en los ya fallecidos calendarios,
portaron ese escudo en sus manos y lo defendieron a muerte. Porque los liceístas
salesianos, alumnos, ex alumnos, padres de familia defendemos a nuestra familia a muerte. Aunque parece ser,
Don Bosco, que algunos formadores que llevan años trabajando en nuestro
colegio, han olvidado esa identidad, que con el respeto de todos los colegios
grandes en historia y laureles al igual que nosotros; poseemos con orgullo.
Parece ser que las personas que
quieren llevar la barca liceísta a buen puerto, han olvidado lo que representan
para nuestra institución las fiestas patrias. Seguro has de recordar aquel 15
de septiembre de 2004, cuando nuestra compañía de desfile comandada por Mariano
Pinzón y Gustavo Santos, mientras el “Chino” Norato y Rodrigo Girón guiaban a
la banda que ingresaba en la agonía de aquel día y nunca rompió filas, pues las
promociones que hasta ese entonces conformaban la historia liceísta, no pudo
contener la tristeza, la melancolía de despedirse de casa. Te recordaras de
cómo nos alcanzaba el sereno de la madrugada mientras toda la comunidad
educativa se abrazaba al pasado, a lo que fuimos, a lo que, pareciera ser,
empezaba a morir. De aquel Liceo de mi época, todos soñábamos con ser comandantes
como lo fueron “Paco”, “Luna”, el mismo “Chino”, y todos aquellos comandantes
que se le escapan a mi memoria y que, lucharon por alcanzar gloria eterna en lo
único en que el Liceo Guatemala es especial, su banda. Recuerdo que llegaba el 2005
con más dudas que respuestas a esta tradición, mi promoción fue la primera en
ingresar un desfile al “Nuevo Liceo”, sueño imposible del Padre Roger Castillo,
que intento por todos los medios, controlar las celebraciones patrias, pero que
siempre se sentaba a negociar. Aunque la mayoría lo recordamos por su
disciplina fue un sacerdote que nunca se olvido de que los “monos” como él decía,
querían ser pequeños Napoleones que desfilaban para “vanamente” honrar a la
patria, hay que recordar que a su manera estuvo presenta en las entradas
mientras el licenciado Aníbal Herrera, conocido como “Plumus”, leía el programa
de cada entrada.
Como te decía, aquel 2005, Luis
José Ola Ruiz y Fernando Rosales, nos guiaron a nosotros, alumnos de tercero
básico a la primera entrada en el nuevo Liceo, la del ya extinto desfile de
pre-primaria. Recordarás que en el 2006
Siau Lon Arrecís y Américo Calderón comandaban la compañía del 15 de septiembre
y Carlos Barrios junto a Antonio Girón guiaban a la banda; un año después,
Siau Hu Arrecís y mi persona en la
compañía y Mario Rosales junto a su hermano Fernando, comandábamos el desfile
de aquel año que llevó los fusiles que la comandancia militar de Cuyotenango
nos prestará para tan magna ocasión, en el 2008 fue Juan Carlos García y Cesar
Solares en la compañía y nuestra banda guiada por Héctor Urizar y Lester Cotom,
llevaron las riendas del evento; el 2009 llegó y fue el turno para Pedro Guerra
y para Pablo Cobar de guiar las almas que desfilaban por las calles de Xela
como todos los años desde que se creó la banda. Te menciono esta generación,
porque es mi generación.
Hoy ha recaído la banda, en los
hombros de Cristofer Queme, Miguel Barrios (Que desde que tengo memoria está en
la banda); y Rodrigo Mendoza. Estos tres luchan para que nuestra más bella
tradición, nuestro más bello patrimonio, la banda, no muera. Seguro has
de pensar, “su banda de guerra en tiempos de paz”. Si banda de guerra,
pero que con cariño es llamada, la banda, nuestra banda. Si son tiempos de paz,
que alguien me diga, en qué momento de nuestra historia, no del país, de la
humanidad, hemos gozado de la relativa paz, que es un valor, un ideal tan
inalcanzable por nuestras ricas diferencias y nuestra poca tolerancia. Tolerancia, misma que ha faltado en nuestro
colegio, para no sentarse con los alumnos que quieren cerrar su ultimo año con
broche de oro, al cumplir un sueño, que es de toda la vida, un sueño que se
empieza a cocinar desde párvulos. Un sueño que parecen truncar aquellos guías
que no respetan a los que son realmente el Liceo, sus alumnos. Soy ex alumno,
que ya no tiene entrada en tu casa, que al igual que varios compañeros, miramos
desde lejos con tristeza y nostalgia, como se están truncando los sueños de
esos tus hijos, de la promoción LIX, que lucha en contra de viento, de marea,
de tormentas, de envidias y hasta de sus propios guías para llevar a cabo el
desfile, que por cierto don Bosco, es el evento más esperado a lo largo del año
por el liceísta de corazón.
¿En qué momento nos hemos olvidado
de ser Salesianos? Parece ser que este nuevo director, caerá en el error de sus
predecesores, que olvidaron, humillaron y maltrataron al ex alumno. A excepción
del padre Guzmán que entre sus errores y aciertos, se acordaba de los ex
alumnos y buscaba recordarles que eran salesianos, que somos salesianos. En fin, feliz cumpleaños don Bosco. Espero
escribirte el otro año, para contarte una épica hazaña de tus hijos, que deben
recordar en este duro momento, las letras de nuestro himno nacional. “Nunca
esquivan la ruda pelea, si defienden su tierra y su hogar”.
Que tiempos aquellos, que me enchinan la piel. Que recuerdos tan gratos.......aunque en aquel 2005 fue Mario Santizo quien me acompañaba a dirigir el desfile, y no Luis José........ pero en fin, seran viejas glorias que estaran siempre en mis recuerdos.
ResponderEliminar(PROMO LIV)