jueves, 17 de mayo de 2012

XELAJU MARIO CAMPOSECO


Eres herencia de mi abuelo,
el sueño de mi padre,
eres el suspiro
al compas de la radio
de mi madre.
Eres la pregunta eterna
y la respuesta ambigua.
Eres una parte mía,
un sentimiento,
mi corazón.
Tu y yo,
somos el corazón
en eterno movimiento,
entendemos de pasión.
Somos hijos de los sueños truncados,
somos las estrellas que rodean a la luna,
somos la gloria tardía y siempre presente,
de la sangre del pasado,
del martirio olvidado.
Somos hijos que nacieron en occidente,
somos nietos de los ideales libertarios,
somos hombres de maíz y chocolate,
mientras nos vestimos
con el carmín de la sangre.
Somos hijos de los sueños truncados,
somos la esperanza que nace con la muerte,
somos un solo espíritu,
un solo corazón,
somos un pueblo, que  quiere salir campeón.
Serás mi herencia al futuro,
el recuerdo de mis hijos y su pasado,
la noche aquella de sábado,
donde verán al Xelaju Mario Camposeco,
salir a ganar, salir a luchar,
salir a soñar.
Para que con el paso del tiempo,
seas en los labios de mis hijos,
el suspiro en el estadio
y tu bandera mi epitafio.
Porque a pesar de las derrotas,
de los robos y tristezas,
las alegrías y victorias,
se nos hacen eternas.
Somos un pueblo que sueña,
y tú, aguerrido amor,
haces vida esa ilusión.
¡Vamos Xelaju!
¡Vamos Xelaju!
¡Eres la herencia de mi padre!
¡El sueño de mi abuelo!
¡Quiero verte campeón!

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